El Sistema Nervioso Autónomo o Vegetativo, denominado
también neurovegetativo o involuntario, es el encargado de coordinar y regula las
funciones que son involuntarias, inconscientes y automáticas en nuestro organismo,
es la parte del sistema nervioso relacionada
con la regulación de las funciones de la vida vegetativa como es la respiración,
digestión, circulación, excreción, entre otros, es decir no está sometido a la
voluntad como su nombre lo indica, es un sistema autónomo.
Se divide en dos (02) el sistema nervioso
autónomo: el simpático y el parasimpático. Las funciones de uno y otro son
antagónicas, logrando así un balance funcional que tiende a mantener la
homeostasis corporal
El Sistema Nervioso Simpático y el Sistema
Parasimpático realizan acciones que pueden parecer antagónicas (opuestas) de
una misma función.
El Sistema Nervioso Simpático actúa en casos de
urgencia y de estrés provocando o desencadenando diversas reacciones como el
aceleramiento del pulso y la respiración, hace que la sangre llegue en mayor
cantidad al cerebro, frena la digestión, aumenta la presión arterial y, piernas
y brazos, hace que aumente el nivel de azúcar en la sangre. Todo esto para preparar a la persona para que
utilice al máximo su energía y pueda actuar en situaciones especiales.
Mientras que el Parasimpático, por el contrario,
conserva almacena y la energía manteniendo el ritmo normal de los órganos y
glándulas del cuerpo. Después de un, trauma, dolor intenso susto, o cualquier
situación especial del cuerpo, el Parasimpático se encarga de que todo vuelva a
la calma y normalidad.
Se dice que el Parasimpático es el más
importante para sobrevivir, porque si no normalizara las funciones, el cuerpo
no podría sopórtalas.
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